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Cristina Alegre
Un psiquiatra es un licenciado en medicina con especialidad en psiquiatría. Un psicólogo es un licenciado en psicología.

El psiquiatra tiene un punto de vista físico del problema del paciente, trata los trastornos graves de personalidad como esquizofrenia, psicopatías, depresiones endógenas, etc. que necesitan medicación.

El psicólogo sin embargo tiene un punto de vista mental del problema. Trata trastornos mentales que, en general, son menos graves y más cotidanos. No receta medicamentos quísmicos. Basa su trabajo en la psicoterapia. Algunos psicólogos utilizan homeopatía y Flores de Bach, para ayudar a sus pacientes a superar sus problemas más rápidamente.

A veces es necesaior coordinar el trabajo de los dos tipos de profesionales, por un lado el psicquiatra que medique al paciente y de este modo lñe permita un grado de bienestar suficiente, para poder buscar la causa y la solución al problema a través de la terapia con el piscólogo. Otras veces el trabajo relaizado con el psicólogo es suficiente para poder llegar a conseguir una vida feliz y armónica.
Cuando un problema nos supera y no podemos solucionarlo por nosotros mismos, debemos pedir ayuda a un profesional. Cuando nos duele el estómago, en los primeros estadios, tratamos de cambiar a una alimentación mas suave o tomar algún tipo de anti ácido. Pero si no remite el dolor, acudimos a nuestro médico para que nos indique que tenemos que hacer.
De la misma manera, cuando un problema que hemos intentado superar con todos nuestros recursos, hemos hablado con amigos y familiares y no jemos podido superarlo, tenemos que trabajar por un tiempo con un psicólogo para alcanzar esa estabilidad emocional tan deseada.
Es una pregunta difícil ya que no tiene una única respuesta. Depende del problema que queramos tratar y la implicación del paciente en su resolución. A veces lo más sencillo es encontrar el origen del problema, pero los camios que tenmos que incluir en nuestra vida resultan más lentos de realizar.
Por regla general yo empiezo con una sesión semanal y una vez que hemos encauzado el terabajo, empezamos a vernos cada quice días y despujés una vez al mes para revisar los cambios.
Si es un problema puntual a veces con dos o tres meses es suficiebte, pero si lo que queremos son cambios mas generalizados o buscamos un desarrollo personal, puede alargar el tiempo que decida el paciente. Para mi lo más importante es la libertad y las necesidades que plantee cada paciente, ya que cada uno de nosotros tiene un tiempo y un ritmo diferentes que siempre hay que respetar.
Los principales determinantes del tiempo necesario para el éxito de la terapia serán el compromiso del propio paciente para resolver su situación y la profundidad del cambio y del crecimiento que se quiere realizar.